Divisiones
El profesor del Massachussets Institute of Technology (MIT), Otto Schärmer (Alemania, 1967), publicó en 2007 un libro sobre la Teoría U (2007) que ha tenido un amplio impacto sobre el liderazgo, la educación y la transformación social. Muy crítico con la gestión empresarial de los últimos años, Schärmer subraya la importancia de alcanzar un nivel más profundo de conciencia para abordar los enormes retos a los que nos enfrentamos. Estos se presentan como tres “abismos” o heridas: el ecológico (cambio climático y sobreexplotación de los recursos naturales); social (desigualdad y fragmentación de la sociedad); y espiritual (patologías mentales, soledad y pérdida de sentido vital). Con todo, el mensaje es de esperanza, porque es posible un nuevo florecimiento humano y social, aunque para ello sea necesario iniciar un camino interior de mayor presencia y autoconocimiento.
Sorprende que las lecturas de este domingo (09/06/2024) nos presentan esta misma realidad, utilizando imágenes mucho más gráficas. La división, el vacío y el conflicto no son algo del s. XXI, aunque nuestros impresionantes medios tecnológicos potencien ahora sus consecuencias.
El conocido texto del inicio del Génesis en el que Adán y Eva son expulsados del Paraíso describe otra triple fractura: entre Dios y el hombre; entre el ser humano y la naturaleza, y entre el hombre y la mujer. El uso de un lenguaje de carácter mítico sugiere que esta división se remonta al origen de la historia del ser humano. La Segunda Carta de San Pablo a los Corintios nos presenta un corazón humano dividido entre la atracción que siente por lo que ve, por lo que puede tocar y gustar, y los bienes “interiores” que dan sentido a su vida. El Evangelio de Marcos nos asoma al conflicto que vivió Jesús en su propia familia. No es extraño pensar que muchos en su familia no le entendieran o tardaran en hacerlo, aunque el imaginario cristiano haya promovido más bien una imagen de familia perfecta.
Brueghel el Joven, Jan, Adán y Eva en el Paraíso, hacia 1618, detalle
@Museo del Prado
A la luz de esta reflexión, surgen varias preguntas: ¿por qué vivimos tan divididos?, ¿por qué nos cuesta tanto vivir en paz con nosotros mismos?, ¿son los conflictos interiores y exteriores dos fenómenos diferentes o tienen la misma raíz? Quizás ayuda observar que las relaciones mencionadas en las lecturas son esenciales. La tierra nos da de comer, pero requiere mucho esfuerzo. Nuestra familia nos dice quién somos y nos proporciona una red de amor básica, pero también amenaza nuestra autonomía. Nos atraen el placer y el poder, pero nos dejan vacíos y solos. Nos genera rechazo la idea de Dios, pero hemos de reconocer que nos conviene saber que hay algo por encima nuestro, que tenemos límites.
Cada religión o espiritualidad es una vía para recuperar esta paz. Unos proponen abandonar todo deseo humano. Otros que hay que actuar con arreglo a estrictas normas personales y sociales. Otros, una profunda escucha interior. El cristianismo que, como todas, combina varios elementos, pone el énfasis en vivir para el prójimo. Poner las necesidades del otro por delante de las mías. No por renuncia o ascesis personal, sino al descubrir que el bien de los demás es también el mío propio. A pesar de que las fallidas relaciones humanas son, con frecuencia, espejo de nuestros egoísmos, orgullo y miedos.
¿Cuál es la mejor? Cada uno tiene que encontrar su camino. Quizás podemos empezar identificando cual de las heridas o abismos mencionados nos genera más dolor. A lo mejor necesitamos parar, tener más silencio. A lo mejor necesitamos poner algo más de disciplina y orden en nuestras vidas. A lo mejor ser más generosos y compasivos con otros. A lo mejor, buscar la Fuente de Amor que da sentido y lo integra todo. Este es mi anhelo más profundo, sabiendo que todas las vías están relacionadas.
Empecemos buscando, leyendo, conversando y, sobre todo, parando a examinar lo que nos sucede.
Para reflexionar:
1. ¿Reconoces en tu vida las divisiones o heridas que hemos mencionado en el texto?, ¿hay alguna más importante?
2. ¿Te planteas como objetivo alcanzar una mayor paz interior?, ¿cómo lo formulas?
3. ¿Qué caminos has seguido y qué resultado han dado?