Interior y exterior
Después del paréntesis veraniego retomamos la serie de comentarios sobre los textos bíblicos que la liturgia católica nos propone cada domingo. ¡No dejéis de enviarme vuestras opiniones o aportaciones!
El Evangelio de este primer domingo de septiembre (01/09/2024) ofrece un texto clave para entender una de las diferencias principales entre el cristianismo y las otras dos grandes religiones abrahámicas: judaísmo e islam. Estas contienen muchas prescripciones sobre la vida ordinaria. El texto concreto del Evangelio de Marcos se refiere a una serie de normas rituales sobre cómo prepararse para comer. Pero estas normas también se extienden a la propia preparación de la comida. En el caso judío, se llama kosher a la comida así elaborada, mientras que en el Islam, se habla de comida o alimentos halal. También existen numerosas normas codificadas en sus libros o costumbres sagradas para otros campos de la vida como el vestir, las relaciones sociales, etc.
Esto, en cambio, no existe en el cristianismo. Aparte de las normas de higiene y la buena gastronomía, no hay ningún alimento, ni ningún libro de recetas cristiano. Tampoco esta religión tiene modos de vestir específicos. Hay costumbres de decoro, pero se aplican igualmente a todas las personas.
Para el cristiano lo relevante es lo que hay en el corazón del ser humano, pero sin caer en un intimismo o un psicologismo ingenuo. Es claro que lo que llevamos en el corazón se traduce en una determinada forma de actuar y relacionarnos. Pero Jesús pone el foco de atención en lo primero.
Por supuesto, las normas externas tienen un valor. En el caso judío y musulmán hay una pedagogía de lo religioso. No todo le es lícito al ser humano. El cumplimento de determinadas normas nos educa en la atención a los detalles y a los tiempos. Estas normas tienen, además, un trasfondo familiar o comunitario. Finalmente, podemos encontrar un eco de ellas en las vestiduras de los sacerdotes cristianos o de algunas congregaciones religiosas. Por eso, quizás habría que tener más cuidado desde la órbita cristiana en no devaluar la importancia de lo externo en la comparación con otras religiones.
Las palabras de Jesús encuentran probablemente su significado en una experiencia personal marcada por el contraste que observaba entre personas muy religiosas entre un cumplimiento estricto de las normas, y un corazón duro o demasiado centrado en lo material. En cambio, otras personas pecadoras, extranjeras o, incluso enemigas de Israel – como la mujer sirofenicia (Mc7,24-30) o el centurión romano (Mt 8,5-13) – le conmovieron por su humildad o su piedad.
La relativización que realiza Jesús de las normas de pureza alimentaria tiene importantes consecuencias. No hay seres humanos más dignos que otros, ni culturas superiores a otras. Lo externo no puede ser excusa para crear divisiones entre las personas. Todo tiene una dignidad especial. En cualquier realidad o contexto puede Dios hacerse presente, incluidos aquellos donde menos le buscaríamos.
Bodegón con plato de acerolas, frutas, queso, melero y otros recipientes
Meléndez, Luis Egidio, 1771
@Museo del Prado
Cuando miramos el resto de las culturas o religiones, en ninguna fuera de la cristiana vemos que el arte haya tenido como objeto cualquier manifestación del espíritu humano: desde un bodegón, hasta cualquier situación cotidiana; desde un realismo sin concesiones a la mayor abstracción. Puede parecer banal en nuestra cultura occidental, y lo desconocerán tantas personas que se sienten lejanas de esta fe, pero esto solo es posible si toda realidad es portadora de una “presencia”, de algo sagrado.
El cristianismo es un viaje a la profundidad de la realidad y del ser humano. Cuando se entiende bien, es apasionante. Descubrir esta clave transforma nuestra acción para construir un mundo mejor.
Para reflexionar:
1. ¿Sigues en tu familia algunas costumbres o normas que expresen el valor sagrado de lo cotidiano?, ¿bendices la mesa antes de comer?
2. ¿Has encontrado la presencia o el amor de Dios en alguna situación donde no lo esperabas?
3. ¿Te paras a pensar sobre la intencionalidad con la que realizas algunos actos?