La metáfora del pastor y las ovejas es una de las más conocidas en la tradición bíblica. “Yo soy el buen pastor” afirma Jesús en el Evangelio de San Juan. Moisés estaba pastoreando ovejas cuando tuvo la visión de la zarza ardiente. O el inolvidable Salmo 27: “El Señor es mi pastor, nada me falta…”, que constituye uno de los textos más consoladores de toda la Escritura. Esta imagen vuelve a estar presente en las lecturas de este domingo (21/07/24), aunque desde una perspectiva algo distinta. Jesús, viendo cómo la gente del pueblo le buscaba, “se compadeció de ellos porque eran como ovejas sin pastor”.
En la presa o Un rebaño de ovejas. Detalle
ANDRADE Y BLÁZQUEZ, ÁNGEL, 1897
©Museo Nacional del Prado
En el fondo no deja de ser una imagen un poco humillante. ¿Quién de nosotros quiere ser tratado como una oveja o ser pastoreado? Además, da que pensar el siguiente contraste. En un rebaño las ovejas son todas muy parecidas (al menos en la distancia). Sin embargo, ¿cuánto esfuerzo – y desgaste – invertimos los seres humanos en diferenciarnos?, ¿no resultará que gran parte de estos esfuerzos son vanos y en el fondo somos todos más parecidos de lo que nos creemos?
Me pregunto si las palabras de Jesús – sobre la falta de dirección en la que vivimos – no son particularmente aplicables a nuestro presente.
Los últimos avances de la neurociencia están confirmando que los seres humanos somos en parte algo innato con lo que nacemos, en parte la influencia del entorno en el que vivimos. Quizás esta búsqueda constante por descubrir quiénes somos manifiesta el deseo de completar “algo” que nos falta. Los grandes relatos de las religiones, el nacionalismo o las ideologías políticas obedecen, en parte, a esta necesidad: encontrar una historia, unos modelos en los que reflejarnos y nos sirvan de inspiración.
Pero ninguna de estas propuestas ha atravesado la historia con las páginas limpias. Tampoco la cristiana, aunque no se deba, por supuesto, al mensaje de Jesucristo. Quizás por esto el s. XXI se muestra tan distante de los grandes relatos o proyectos. En su lugar, nos miramos más a nosotros mismos.
Pero hay una paradoja: nuestra sociedad sigue marcada por una enorme ansia de libertad, para unos se expresa como libertad económica; para otros, en clave de autodeterminación personal, huir de ataduras del tipo que sean. En los dos casos, su campo de juego es el aquí y ahora. Parece que no nos damos cuenta que son manifestaciones del mismo fenómeno. Unos y otros compramos nuestros vestidos en las mismas cadenas de ropa, utilizamos las mismas plataformas por Internet y experimentamos los mismos desgarros familiares y afectivos. Y así estamos, haciendo prácticamente todos lo mismo sin saber muy bien a dónde vamos, pero distantes unos de otros.
El cristiano no está al margen de esto. Tiene los mismos desafíos vitales que cualquier otra persona de este mundo. Pero busca a dónde va más allá de sí mismo. El teólogo Adolphe Gesché (Bélgica, 1928-2003), tiene un valioso librito titulado “La paradoja de la fe”. En él se encuentra está frase “el creyente es alguien que tiene la convicción íntima de que las cosas tienen un futuro, tienen una consistencia, tienen como soporte algo que viene de la distancia, de un infinito”.
El infinito. Puede resultar abstracto, pero es enormemente concreto. El cristiano es la persona que ha descubierto qué le llena el corazón, dónde encuentra la paz, y eso lo encuentra en Aquel que fue capaz de mirar con misericordia toda realidad humana.
Este post hace el número 20 de la serie. Volvemos en unas semanas. Si os han ayudado, enviadme vuestros comentarios, o hacedlos en esta aplicación. Que tengáis muy buen verano.
Para reflexionar:
1. ¿Qué te inspira la imagen del pastor y las ovejas?
2. ¿Reconoces en la sociedad, o en ti mismo, la imagen de que somos ovejas sin pastor?
3. ¿Tienes previsto utilizar este verano, o has reservado algo de tiempo, para alguna actividad de crecimiento o cultivo espiritual o religioso?
Estamos en un mundo donde cada uno intenta sobresalir y sobrevivir però nos falta reconocer y encontrar al pastor.
1.- La imatge me inspira comunidad.
3- Si intento crecer en fe con lectura apropiada.
Muchas gracias Pilar