El miedo, una extraña sensación de temor por ciertos peligros que en muchos casos tienen su fundamento en ensoñaciones o en causas ajenas a la realidad, se ha ido extendiendo en nuestra sociedad. Existe en el imaginario de muchas personas con las que tratas una sensación de incertidumbre y miedo al futuro, al día después. Mientras, se extiende una confianza ciega en el avance tecnológico que se supone irá " in crescendo " y dotará al ser humano de instrumentos para dar solución a cualquier problema del ámbito que fuera.
Ante la realidad del peligro y temor al futuro se ofrece una salida en la evasión, la solución que propone el escape a cualquier precio, el disfrute en lo inmediato y de ahí a ver en lo efímero y el placer inmediato la prioridad absoluta va un paso.
Es cierto que la envergadura de ciertos retos y problemas que se nos presentan en ocasiones nos desbordan y son un golpe en la línea de flotación de nuestras creencias. Siempre ha pensado en las noches oscuras que muchas personas que alcanzan la santidad sufren y que azotan parte de sus vidas; es más, si estas personas experimentan este apagón, cuál será la manera certera de afrontarlo para todos los demás.
Y no es menos cierto que el miedo es contrario a la gracia y a la fe y que una de las manifestaciones más fecundas del amor de Dios es su providencia con nosotros y todo sucede para nuestro bien ( Romanos 8,28 ). Nos cuesta poner toda la confianza en el Señor , a pesar de que la fe es precisamente eso, la confianza que nos llevan a abandonarnos en sus manos y que ayuda a explicar el éxito o el fracaso, la tragedia o la alegría no con criterios humanos sino medios para madurar en la fe. Es todo un cambio de perspectiva .
El miedo, una extraña sensación de temor por ciertos peligros que en muchos casos tienen su fundamento en ensoñaciones o en causas ajenas a la realidad, se ha ido extendiendo en nuestra sociedad. Existe en el imaginario de muchas personas con las que tratas una sensación de incertidumbre y miedo al futuro, al día después. Mientras, se extiende una confianza ciega en el avance tecnológico que se supone irá " in crescendo " y dotará al ser humano de instrumentos para dar solución a cualquier problema del ámbito que fuera.
Ante la realidad del peligro y temor al futuro se ofrece una salida en la evasión, la solución que propone el escape a cualquier precio, el disfrute en lo inmediato y de ahí a ver en lo efímero y el placer inmediato la prioridad absoluta va un paso.
Es cierto que la envergadura de ciertos retos y problemas que se nos presentan en ocasiones nos desbordan y son un golpe en la línea de flotación de nuestras creencias. Siempre ha pensado en las noches oscuras que muchas personas que alcanzan la santidad sufren y que azotan parte de sus vidas; es más, si estas personas experimentan este apagón, cuál será la manera certera de afrontarlo para todos los demás.
Y no es menos cierto que el miedo es contrario a la gracia y a la fe y que una de las manifestaciones más fecundas del amor de Dios es su providencia con nosotros y todo sucede para nuestro bien ( Romanos 8,28 ). Nos cuesta poner toda la confianza en el Señor , a pesar de que la fe es precisamente eso, la confianza que nos llevan a abandonarnos en sus manos y que ayuda a explicar el éxito o el fracaso, la tragedia o la alegría no con criterios humanos sino medios para madurar en la fe. Es todo un cambio de perspectiva .